Quiché de calabacín y jamón

Quiche de calabacin y jamon


Para mí, las quichés (o tartas saladas) son una solución muy socorrida. Muchas veces te encuentras con la mente en blanco y como que no se te ocurre nada para hacer de comer, otras veces tienes que pensar què puedes llevarte en un tupper para comer a la oficina. En esas ocasiones, suelo recurrir a este tipo de recetas. Con una ensalada acompañando, y poco más, tienes solucionado el almuerzo de una manera sana y sin trabajar demasiado.

Yo recuerdo que la primera vez que probé las quichés fué en Holanda hace muchos años, en un bar tipo bistro donde la gente bajaba a tomar algo en el break que hacen a la hora de la comida, era una quiché vegetal. Y me encantó. Desde aquel momento decidí perderle el miedo al tema de hacer la masa quebrada en casa, antes no era como ahora que en el supermercado de abajo de tu casa encuentras todo tipo de masas congeladas y toda la complicación es sacarla del paquete y ponerla en el molde.

No, antes había que lanzarse y meter "literalmente" las manos en la masa. Que por otra parte a mí me encanta y que una vez que te sobrepones al primer y/o segundo fracaso, y vés que no pasa nada porque no te haya salido bién, pues prefieres hacer la masa tú misma, en vez de comprarla congelada, porque sabe mucho mejor. Y lo más importante, que sabes lo que te estás comiendo, que tú le pones mantequilla a tu masa, pero que no sabes que grasa industrial le están poniendo a la masa que compras en el súper.

Esta quiché es de calabacín y jamón, y el sabor es espectacular. Lo siento pero no es vegetariana, el jamón serrano le dá un toque único y si se prescinde de él, el resultado no sería igual.
El molde que utilicé es de 26 cm de diámetro.

Ingredientes:
  • 1      lámina de masa quebrada
  • 3      calabacines
  • 1      trozo de jengibre de 2 cm
  • 1/2  cebolla
  • 100 gr. de jamón serrano en taquitos
  • 200 ml de nata para cocinar
  • 100 gr de queso Emmental rallado
  • 2     huevos
  •        una pizca de cominos en polvo

Elaboración:

  • Le ponemos un poco de mantequilla al molde y colocamos la masa quebrada ajustándola al borde. Pinchamos ligeramente todo el fondo con la punta de un tenedor, sin traspasar, para evitar que la masa suba.
  • Pochamos en una sartén la cebolla y el jengibre bien picados.
  • Cortamos los calabacines en láminas muy finitas y los echamos a la sartén. Añadimos el jamón. Lo rehogamos todo un rato hasta ver que los calabacines están un poco transparentes. Salpimentamos y añadimos el comino. El calabacín suelta mucha agua, así que yo pasé el contenido de la sartén a un colador y luego lo volqué todo en el molde de quiché.
  • Batimos los huevos, la nata y el queso. Salpimentamos y lo echamos en el molde. Ponemos unos pegotitos pequeños de mantequilla por encima.
  • Horneamos a 200º durante 30 minutos. Los primeros 15 minutos, con calor solo abajo. Los siguientes 15 minutos restantes con calor arriba y abajo, para que salga doradita.